Convenir que hoy más que nunca se utilizan los discursos sobre las lecciones que la historia nos dicta a gritos, a media voz, en silencio como uso y abuso político de ciertas instituciones es una realidad. Me parece que convertir Auschwitz en un cineforum abierto a todas no es más que la representación de que nada ha cambiado , más bien sigue existiendo ignorancia, manipulación, negación, obsesión .
La historia no es algo neutral , anodino , ajeno a la especie humana , todo lo contrario es la posibilidad de lo humano ni de aquello que entra en las conductas que la neurociencia llama patológicas. La absolutez de los valores convertido en un imperativo ha pervertido desde la clase política y sus instituciones el juego visionario de unos y otros para apropiarse del discurso del Mal contra el BIen, o del Bien contra el Mal .
Convendria recuperar esa idea de la banalización de la realidad para darse cuenta que el bien y el mal son algo frágil, versátil, volátil, y ajeno a la voluntad -algunas veces- a la permanencia de testimonios, pruebas, derechos y organismos.
Me parece estar asistiendo a cierta deriva neoliberal a reproducir muñequitos de hitler, franco, musolini, stalin , Pol Pot como si fueran souvenirs a buen precio para recuperar talismanes y totems convertidos en mercancia.
Nos falta una voluntad humana para entender que por mucha lucha contra el cambio climático, o lucha contra las derivas totalitarias, o los populismos políticos , no es suficiente para obtener competencias sociales y ciudadanas.
Nos queda muy lejos esa posibilidad de entender lo que no se puede entender , de dejar de apropiarse de espacios, lugares, banderas y dignificar las víctimas de la barbarie .
No es una cuestión únicamente de situarse en este debate que parece encallado entre dar lecciones , sentir compasión, dejar de escribir, y recuperar la idea de los silencios que todavía hoy más allá de la memòria aprendida, institucionalizada, convertida en políticas de estados se encuentra secuestrada.
Las nuevas generaciones instaladas en un pensamiento débil, huidizo de aquello que molesta, hace pensar, confronta, daña se dejan fácilmente someter a esa dictadura invasiva de la sociedad del espectáculo . La producción de libros , la creación de documentales, la manera de convertir la historia de la Shoah , la de los genocidios, la de los totalitarismos en un best seller no puede dejar indiferente a la comunidad educativa. Educar debe ir más allá de la propia institución escolar o política en estos temas, no puede ser moneda de programa de partido ni de cambio ... averguenza a tantas víctimas encontrar ese valor en uso de Auschwitz en lugar de un valor en si mismo , como dignidad de personas humanas .
En la escuela no puede convenirse que tal homenaje o tal celebración servirá para identificar hechos y momentos sólo , porque en el fondo de toda lucha humana esta realidad de los genocidios , de las barbaries, de las guerras, de la Shoah ,de las matanzas es la máxima expresión de lo humano e inhumano , de la luz o las sombras y hoy por hoy estamos en estado de excepción permanente , en una semioscuridad que grita pero no obtiene el silencio de unos y otros.