Nietzsche en "Verdad o mentira en sentido extra moral" nos recuerda esa soberbia como especie frente al resto del macrocosmos y microcosmos. El uso de lo animal dentro de la naturaleza ha servido para que nuestra cultura hable de domesticar, de mercadear, de aprovechar la carne, de vencer el ocio con el placer de la caza, de generar espectáculo con los circos o los zoos , de en el fondo usar el mundo animal al antojo de lo humano.
Desde hace años encontrar cierta voz no humana que hable como animal quizás permita no garantizar derechos que eso seria demasiado razonable dicen , sino descubrir una manera de acercarse al mundo animal. En la antigüedad lo animal era algo monstruoso, dentro de la mitología los cuerpos medio hombre o mujer mezclados con lo animal siempre poseían una función de mediador entre lo humano y lo divino. El minotauro, las sirenas, el centauro, las erinías , los pegasos, todos andaban sirviendo en ese papel al servicio de . En la Edad Media los bestiarios recogerán la idea del animal como un ser sin razón sin alma, sin nada parecido a lo humano ... Con las fábulas los animales se incorporaran para ser usados como si fueran humanos y dar lecciones sobre la moral que se debe seguir. Siempre con ese androcentrismo del patriarcado que habla de toros y desprecia a las vacas, que señala el caballo y hace montar a las yeguas, que ensalza a los cachalotes y se ríe de las gallinas, ... No hay voz para ellos y ellas , y si existe la convierten en algo anormal, ajeno a lo humano, algo bestial, cruel, salvaje, que no merece más que ser apaleado sin más. El romanticismo del >XIX recupera el animal como fantástico y el mundo neoclásico permite que el elemento irracional sea valorado dentro de esa separación entre la cultura y la naturaleza. Kafka había intentado con sus narraciones y cuentos dar voz a lo animal , recordemos a La metamorfosis , o Josefina la cantora en un pueblo de ratones, o Los chacales que aunque el simbolismo parece que intenta derivarlos hacia los humanos no deja de ser una simbiosis para encontrarse ambos. Ya en el siglo XX ese dualismo natural cultural parece resquebrajarse y autoras como Leonora Carrington convierte lo animal en una manera de encontrarse con algo alejado de lo humano."Todos somos caballos" nos escribe en su cuento "La dama ..." o bien Marosa di Giorgio , una escritora y poeta uruguaya que en sus "papeles salvajes" nos llena el mundo de pájaros, peces, perros, lobos, patos, serpientes ... en un juego sutil que permite una interacción entre los dos mundos . Y con Clarice Linspector en su "la pasión segun G.H " la narradora se encuentra con una cucaracha que le provoca existencialmente una reflexión sobre su mundo y el mundo de esa bicha.
En estas tres autoras lo que se lee es la deshumanización de lo animal