Pensar que todo es dolor y sufrimiento como sostiene el budismo debe dar que reflexionar. En el cristianismo esta idea claramente remite al creyente que bajo el sentimiento de culpabilidad se somete a ese peso de la doctrina. Para eso en esta tradición el dolor es una manera de llegar con el sacrificio y mediante el martirio alcanzar la paz eterna. Sin embargo en esta idea hay una categoria de entender el dolor que remite como una carga que hay que sostener. De ahi que el estoicismo sea una filosofía preferida para ese cristianismo austero, redentor y calvarico. El dolor en la cruz es esa idea de máxima expresión de su significado. El hijo que se inmola por su padre a través del dolor y sufrimiento que arrastra y sostiene. El abandono del padre en el momento más álgido del padecimiento se enmudece con el silencio de Dios. Ejemplo de un padre que debe sacrificar a su hijo como mandato de Dios con pena y dolor.
En este sentido la carga de un dolor intrínsecamente asumido como prenda por ese paso de la vida hace la fe fuerte. Pero ese culpable verá siempre el dolor como responsabilidad propia.
El budismo no lo entiende así. Desde parte de una realidad dada. Aceptar eso no significa culpabilizarse sino de entenderlo. Esa idea de DuKA exige la renuncia a una falsa felicidad y apariencia. Esta concepción destruye ese yo cristiano centrado en la salvación de uno mismo. El budismo disuelve el yo porque entenderá que nada tiene existencia intrínseca. Eso quiere decir que la realidad no se explica por si misma sino por sus causas y consecuencias. Todo es dolor, entonces no debe ser algo que salvar o curar como. si fuera una enfermedad. El mundo es dolor porque la realidad no existe por si misma. Repensar esta idea no es fácil pero si necesaria para alcanzar una idea de la compasión posible.
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