Sócrates no es un filósofo pero es un sabio. El sabio reconoce su ignorancia. El verbo reconocer significa darse cuenta de aquello que le pasa a uno mismo. Por eso la mayoría de nosotros nunca queremos reconocer nada sobre nosotros mismos, más bien lo intentamos olvidar si resulta algo incómodo, algo que nos duele. La ignorancia es precisamente el desconocimiento de algo sobre alguien o de alguien sobre ese algo. El ignorante no es el que llamamos vulgarmente "tonto " "ignorante" . El ignorante sabe que lo es porque conoce que desconoce todo. Sócrates es un sabio porque sabe que no sabe.Sólo se que no se nada , esa setencia lo convierte en sabio. No saber, o saber que no sabemos nos convierte en grandes pensadores como el tábano de Atenas. Con su aguijón nos devuelve con una pregunta aquello que nos inquieta a todos : ¿Por qué se que no se nada ? El Sócrates hombre ha cambiado la mirada sobre esa realidad del mundo griego. Ahora se trata de alcanzar la realidad humana. ¿Quién soy yo? El mundo sólo se entiende si nos entendemos, si nos sabemos responder aquello que nos define como lo que somos. Eso el sabio lo sabe y de eso precisamente hace reconocimiento. La identidad humana le convierte en alguien que diferencia entre lo aparente y lo real , entre lo creible-opinable y lo cognoscible. La pregunta por ese mundo ya ha dejado de ser externa a mi yo. La fisis (naturaleza) ya no busca ese principio explicativo que da respuesta a una unidad unificadora , a un principio activo único , sea el agua como decía Tales, sean los números como decía Pitágoras. El mundo és el mundo humano. Nos conocemos para así conocer el mundo. La pregunta ahora mira hacia uno mismo. ¿Quien soy yo? Por eso se trata de conocerse uno mismo, de encontrarse uno mismo, de aprenderse uno mismo. El sabio no puede huir de su verdad, ni puede refugiarse más allá de esta verdad. El sabio nada escribe, sólo recita, solo habla, sólo cautiva. Y eso incomoda a Atenas. No resulta nada amable, nada diplomático, nada aparente. Sócrates morirá por defender su verdad, la verdad que le ha llevado a buscarse a si mismo.
Leia hoy un artículo en el pais escrito por mi doctor. Y a continuación en clase he hablado precisamente de esta relación socrática que establecemos a lo largo de toda nuestra vida con aquello que nos venimos inventando de nosotros mismos. Se trata de atrevernos a mirar , a escuchar, a ser aquello que nos descubre , aquello que nos delata. ¿Por que no empezar a delatarnos frente a los otros ? ¿ Por que no desnudarnos frente a nosotros mismos de una vez por todas ? El parresiastes es aquel que ejerce la parresia. Para los griegos la parresia era la capacidad de saber enfrentarse a la verdad, a la propia verdad. El parresiasta necesita del coraje para relacionarse con la verdad. Sabe que puede perder la amistad, que puede encontrarse sólo , que el mundo lo acabará acusando de todos los males pero irremediablemente sólo podrá decir la verdad. La relación con la verdad lo convierte en sabio, en desconocedor de aquello que cree saber, de ignorante. El sabio queda así marginado en el rincón del pensamiento , de ese pensamiento tabánico, crítico, agudo, incómodo que nos revienta a todos y todas...
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