Tengo la sensación que estamos entrando en un camino sin salida. Los psiquiatras y psicopedagogos, los psicólogos... iniciaron ya hace tiempo una verdadera cruzada para difundir y etiquetar los trastornos y las patologías sociales. En educación el incremento de diagnósticos que obedecen a hiperactividad , desmotivación, trastornos desafiantes negativos, disortografía, dislexias, .... ha ocasionado un verdadero desafío para elaborar planes de atención individualizada con la idea de tratar la diversidad y poder establecer la igualdad inclusiva en las personas .... Sin embargo creo tener la sensación que convertir en patología conductas y comportamientos no deja de ser una excusa para justificar eso que en este articulo que viene a continuación se explica ..
Lo dicen los psiquiatras: no estar conforme con la autoridad será considerado una enfermedad mental
La psiquiatría moderna se ha convertido en un foco de corrupción, en particular el tipo de psiquiatría que trata de satanizar y declarar como enferma mental a cualquier persona que se desvíe de lo que se considera como “la norma”.
Esto se hace evidente en la última entrega del Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales de EEUU, o DSM.
La denominada “condición” que determina por qué una persona tiende a desafiar a la autoridad ha sido etiquetado por la profesión psiquiátrica como “trastorno de oposición desafiante” o ODD
El nuevo DSM define esta enfermedad inventada como un “patrón continuo de comportamiento desobediente, hostil y desafiante”, y lo agrupa junto al TDAH (trastorno por déficit de atención con hiperactividad), otra trastorno inventado cuyo creador, el Dr. Leon Eisenberg, admitió que era falso en su lecho de muerte.
Como se puede sospechar por este tipo de definición tan abierta, casi cualquier conducta personal percibida por otra persona como indeseable o extraña puede ser categorizada como un síntoma de ODD. Los niños que lanzan rabietas o luchan con sus hermanos, por ejemplo, podrían ser diagnosticados con esta supuesta enfermedad mental, así como los niños que expresaran desacuerdos con sus padres o maestros.
Pero este es el problema que presentan definiciones vagas como las del ODD, ya que prácticamente cualquier comportamiento fuera de lo común puede ser diagnosticado como “oposición desafiante” solo por salirse de lo habitualmente aceptado.
Siguiendo estas premisas ¿cuántos inventores, artistas y pensadores geniales del pasado que desafiaron las normas serían diagnosticados con ODD hoy en día?
Un peligro aún mayor en el diagnóstico de esta supuesta enfermedad mental es que amenaza con restringir la libertad de expresión y la disidencia política.
Caracterizar la no conformidad con el poder como “enfermedad mental”, es algo propio de los gobiernos totalitarios.
“El encarcelamiento psiquiátrico de personas mentalmente sanas es una forma particularmente perniciosa de represión, ya que utiliza las poderosas modalidades de la medicina como instrumentos de castigo y eso representa una profunda afrenta a los derechos humanos con engaño y fraude”
“Los médicos que se dejan utilizar de esta manera traicionan la confianza de la sociedad y violan sus obligaciones éticas más elementales como profesionales”
Curiosamente, estos comentarios anteriormente expuestos fueron publicados en 2002 en el Journal of the American Academy of Psichiatry and the Law (Revista de la Academia Americana de la Psiquiatría y la Ley) y hacían referencia a los abusos cometidos por la psiquiatría en la antigua Unión Soviética y en China.
Pues bien, ahora resulta que la psiquiatría de EEUU, el garante mundial de la democracia sigue los mismos pasos y proclama que “solo los borregos están sanos”.
Eso da que pensar…
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