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domingo, 19 de diciembre de 2010

LA PASIÓN ROMÁNTICA . FREDÉRIC CHOPIN




    

 

                                             Chopin Concierto para piano y orquesta número 1 en mi menor .movimiento2



Hoy recibí una llamada. Chopin y Tchaikosky me esperaban con el concierto para piano y orquesta número 1  en mi menor , op 11  compuesto el 1830 e interpretado por Nicholas Angelich; y la sinfonía Manfred en si menor op 58 compuesta el 1885  y dirigida por el director Pablo Pérez. 
El auditorio lleno en una mañana gris y lluviosa esperaba los sonidos del piano acompañado por la orquesta. La disposición del juego de luces , de los espacios dispuestos conseguían una armonía inusual. La música se seguía como si los arpégios fueran gestos inusuales que cedían al viento de violines, arpas, violoncelos, .... 
La pasión romántica empezó entonces a despertar en  mi un  último sueño. Puede que  ese que tuve precisamente ayer. No era  tampoco previsible pero fue sin querer o queriendo , que más da. La mañana transportaba a la noche y la noche a la mañana como si paseara  por una pieza musical que eleva el espíritu para escapar   con  un corcel que galopa en el vacío. Mi sueño era dulce entonces y lo sigue siendo hoy , tan dulce como la voz que todavía susurra en mis oídos como queriéndome decir estoy, estamos, soñamos, vivimos , somos .  Chopin con esta obra de juventud expresaba de forma brillante y refinada un tempo vivaze , una fuerza presente y ausente a la vez como si supiera que en mi sueño el compañero de viaje se despide al otro lado del camino , al otro lado del sueño.. , al otro lado . Luego en los minutos continuados cuando la música iba avanzando el sueño se aproximaba para estar junto a la butaca de nuestro lado que solitaria y vacía estaba. Chopin aumentaba todavía más la intensidad de las notas y entraba en un caprichoso y brillante momento donde como espectador convertía el sueño en una mirada silenciosa y presente de los ojos mágicos de la noche o de la  madrugada. Estaban allí como si el piano quisiera despertar en mí las sensaciones que recorrían mi cuerpo y mi alma en busca del recuerdo ahora reales y presentes en esos instantes..  Mi sueño avanzaba como si fuera ese momento único , irrepetible de ofrecer en las palabras el gesto necesario para seguir existiendo , amando, queriendo, no olvidando. Y en la figura presente que mis dedos dibujaban  ese papel en forma de programa donde Chopin se encontraba escrito y  me miraba . 
No había luna como las deseadas por Chopin tampoco sol  sólo el intento de dedicar el concierto a mi sueño de ayer como el músico lo dedicó a Kalkebrenner  pianista de la época. Sólo en esa música abierta y lejana , plácida y generosa que lanzaba en sus silencios los sonidos ya sonoros. 
Y Tchaikosky sin morir en la patética sinfonía esperaba a media mañana como si fuera otro compañero de mi sueño soñado. No parecía él las campanas y el harmonium ofrecían a la poesía de Lord Byron algo que me despertó sin yo quererlo. Ya no existía más que las notas , la música .... intenté recordar de nuevo mis deseos , mis pasiones, mi romántica luz de la oscura noche de un ayer que me cuidaba   pero no...El dolor aparecía en mis dedos , en mis manos como si se resistiera a salir de su morada...Los oníricos momentos , los anhelos de mi ayer, de mi semana parecía morir entre las arpas, los platillos, los bombos, las flautas, los oboes, .... EL sueño se desvanecía ,se escapaba... Manfred sin ser inicialmente pensado para el músico con su sinfonía rompía en mi interior aquello que imponía con las pocas palabras un adiós.. 
Desperté a la voz de "Xavi , xavi ..." ....Pablo descubría en mi otro yo, otro sueño que había soñado...sin tener más que la música como aliado.




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