ESPACIO Y TIEMPO. REFLEXIONES ENTORNO A GILLES LIPOVETSKY

Una cabra solitaria encima de Tindaya , una montaña mágica llena de historia. Quizás sea el símbolo de la sociedad de hoy. Escala entre piedras en una aridez sobrenatural. Y no se cree que es emprendedora ni que hay que esforzarse cada día un poco más,....Como cabra bala en la escarpada ladera de la montaña por el simple hecho de balar..Sin más ...

Hay en nuestra sociedad un exceso de individualismo exagerado. Se observa un incremento de la natalidad en tiempos de crisis y por eso el negocio que gira entorno a esta aumenta de forma espectacular. Hoy los clientes auténticos son los bebes y los niños más que sus padres..¿Por algo será? Y bajan las adopciones de animales abandonados.... 

La ciudad -esa gran urbe- se ha vuelto agresiva. Un cadáver dentro de una maleta de una chica descuartizada ya es una noticia de la calle de les ánimes en Barcelona. Una posible guerra contra Siria parece que juega el pulso entre opinión pública y Estados.

La agresividad se respira en los muchos encontronazos que topa uno con la gente y que sin girarse ni decir nada parece que sea normal. Mientras la caridad que pide algo para comer parece cansada y gastada por una sociedad que ya amenaza a quien se introduce en el espacio privado de una vida. Por eso nos llaman al esfuerzo, al trabajo sumiso del proletariado que baja la cabeza a las direcciones para decir si a todo. Los sindicatos también culpables de una situación que nos lleva a la bancarrota ahora se dan cuenta que lo de Bankia en Cataluña era una gran estafa nacional..Y en eso del nacionalismo nos encontramos de nuevo con la falsa convicción de que las ideas y las banderas salvan. 

La sociedad que Lipovetsky anunció en la obra "la era del vacío" nos retrata este hedonismo de vivir de puertas adentro sin mirar para fuera y sin balcón a ser posible. 

Y por eso frente al romanticismo de las ideas y los ideales que los nacionalismos proponen a pesar que se utilicen de forma demagógica por los partidos para conseguir una mayoría conviene quizás declararse PIRATA. Esa figura sin tierra, sin barco, sin nada que temer...sin ataduras , sin banderas...

Lipovetsky habla de revolución individualista. La era del yo , del mito de Narciso que se contempla en el estanque. Yo me he comprado, yo tengo, yo soy, yo he ido de vacaciones, yo ....Esa era del yo avanza con el hedonismo de la gratificación y el placer de encontrar el bienestar para uno mismo a pesar de los otros. Esos otros pueden ser el medio ambiente, los animales, la pobreza, la indigencia, la injusticia, la guerra, ....

Se personaliza todo y por eso el yo busca esa exclusividad en todos los ámbitos y espacios. El espacio del yo es la disposición de buscar el lugar de recogimiento , de especificidad con uno mismo , la originalidad de vivir, de ocupar un espacio con uno diferente al de todos. El restaurante especial, el coche único, la casa diferente, ...Y nadie se acaba dando cuenta que todos acabamos en IKEA que redecora nuestra vida para hacernos sentir únicos. 

La esfera del yo muestra esta espacialidad única e irrepetible sometiéndonos a la tiranía de renunciar a una privacidad -las nuevas tecnologías así lo evidencian- para creernos que nadie invade nuestra intimidad en esta sociedad del espectáculo del yo. 

La playa es un buen ejemplo de ese mirar como el espacio de unos se asemeja al de todos y a la vez se vuelve original como el de todos que pretender serlo. El culto al yo que indica en la moda, el cuerpo y la renuncia al deber a base de pedir todos los derechos nos lleva a la necesidad de ganar al tiempo. 

La disciplina es la consecuencia del espacio del yo y de una personalización fracasada con las muchas modas del coaching, de la autoayuda, de la necesidad de salirse de uno mismo y de sus psicopatías..

La mejor escuela para mi niño o niña, la mejor comida para mi mujer, la mejor tienda de campaña para mis vacaciones, la mejor sorpresa para mi novio o novia.. Se estila el monólogo humorístico , se deja de compartir coche para ir sólo al trabajo en tren o en bus, ... Lo cotidiano ocupa el tiempo y el lugar que deja más tarde el yo. Un yo que no se ocupa de lo personal pues lo cotidiano parece que sea lo más íntimo de sí mismo. Mi niño, mi casa, mi coche, mi trabajo, mi familia , mi ....Posesión de un yo ajeno a uno mismo.