La historia de un padre del que nada sabemos . Un hombre mayor aconvencional, atipico ,sin nada que muestre a un héroe, un triunfador, un personaje exitosamente instalado en la sociedad. Sin embargo la sencillez de Tony es notable. La vida es un juego, un instante, un momento , una sonrisa ... La historia de su hija , una ejecutiva dentro del mundo despiadado de una economía cruel, injusta, de despidos, de externalizaciones . Una mujer de gran poder , de control , de uso y desuso, de listas , de tareas, de éxito, de ambición .
La trama adquiere fuerza a medida que avanza hacia el final , ese encuentro no deseado desde el primer momento origina un espacio incómodo , un espacio donde para sobrevivir habrá que inventarse un Toni Erdmann , al modo de las convenciones , fantasma, mujeriego, derrochador , ....sin embargo , frente a la diatriba entre el control y la vida suelta y libre , acaba el final sorprendente con un desenlace donde se resuelve el dilema.
La película carece de todo lo que el cine americano ofrece hoy, y sin embargo en el espacio de la butaca a veces incómodo ,se habla de vivir , simplemente aprender a vivir sin más. No hay moraleja , ni consejos a lo Holiwood , ni parábolas italianas , ni lecciones españolas, sólo buen cine.
Por eso al salir uno se queda trastocado, ausente, como perdido sin saber hacia donde caminar, como si su hogar ya no lo tuviera tan cerca o hubiera olvidado la dirección. Por eso la película permite más allá de los comentarios posteriores con las amistades descubrir que estamos frente a una gran exhibición de cine.
No hay comentarios:
Publicar un comentario