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domingo, 12 de abril de 2009

GRAN TORINO Y LA PARRESÍA .


La película dirigida por Clint Eastwood con una música muy conseguida- de Jamie Cullum entre otros- analiza las relaciones vecinales. ¿ Por qué tenemos miedo de nuestros vecinos? Walt Kowalski, un viejo héroe de la guerra de Korea, acaba de perder a su mujer. Sus hijos situados en una américa pragmática y neoliberal que busca en el consumo y el dinero los únicos valores que garantizan el éxito resultan ser unos grandes desconocidos para Walt. Sus vecinos una comunidad Moon - vietnamita del norte- empiezan entre recelos a intimar con Walt. de origen polaco La casualidad hace que Walt defienda a Tao que representa un joven "atípico" dentro de la sociedad Moon. Tao no logra introducirse en este mundo de violencia y delincuencia a pesar de los esfuerzos que jovenes del barrio intentan realizar para conseguirlo. Walt enfermo y ya mayor se resiste a un mundo donde la buena educación y los valores tradicionales han perdido toda su presencia. El mundo de Walt se llena de honor, patria, fidelidad, fortaleza a ejemplo de los heroes troyanos de moral aristocrática y homérica. El héroe se presenta como aquel que no tiene miedo a nada ni a nadie, que vive una vida austera y llena de coraje. La película avanza hacia el final trágico , que resultat el único posible para un personaje como Walt. El hombre capaz de enfrentarse con la muerte es el único capaz de tener ese coraje suficiente para decir la verdad. El tema griego de la parresia y el parresiastes aparece en esta película. El coraje de decir la verdad no acepta hipocresia alguna ni puede ocultarse bajo nadie. Vivir con esta condición existencial de parresiastes -como lo hace Walt - no resulta fácil puesto que te obliga a quedarte sólo, alejado de los tuyos e incluso alejado de tu pasado. El diálogo entre la vida y la muerte que Walt tiene con el joven sacerdote pelirojo ofrece dentro del film un ingrediente más para la reflexión. Morir no es algo agridulce porque nos duele y a su vez nos salva o vivifica, más bien tiene que ver con ese coraje o valentía de enfrentarse cara a cara con la muerte . Walt se reconcilia consigo mismo a través de su gesto: morir para salvar a los otros , esa comunidad de extranjeros o extraños que un día vinieron a vivir hace ya tantos años al lado de su casa. Nada le cuesta decir lo que piensa, lo que le dicta el corazón.

2 comentarios:

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
XAVIER ALSINA dijo...

gracias por las sugerencias y por los errores. bdll

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