La imagen del río ejemplifica la sentencia de Heráclito " En el mismo río dos veces nos bañamos y dos veces no no nos bañamos"....Esta idea ofrece la reflexión que pretendo hacer sobre los modelos de aprendizaje éticos y morales hoy en día. En primer lugar del aprendizaje no creo que se pueda separar la ética . Todo aprender se transmite con el ejemplo y con la instrucción . En el segundo caso el aprendizaje es una forma de conocimiento de ciertos contenidos sobre la realidad. Aprendemos sobre cosas, ideas, .... y la instrucción es una forma de aprendizaje reproductiva que intenta transmitir contenidos. Este tipo de aprendizaje requiere habilidad para saber comunicar y hacer entender el mensaje al oyente o aprendiz. Por tanto es un aprendizaje basado en estrategias e instrumentos para alcanzar el conocimiento reproducido. Hasta este momento no he querido hablar de educación pero introduzco ahora el término para reflexionar si todo aprendizaje es educador o si todo aprender educa. Si esto lo damos por válido aprender a base de instrucciones resulta útil, competente y eficaz para alcanzar ese grado de adaptación al mundo y la realidad. Se trataría pues de dar estas herramientas para disponer del conocimiento a base de pequeñas instrucciones que debemos seguir para llegar a algún lugar que desconocíamos. En el primer sentido o caso aprender es algo que tiene que ver con modelar, con ejemplificar, con poner delante algo parecido a lo que se desea aprender. Aprender en este sentido es educar directamente con la pretensión de conseguir que el otro construya algo parecido a lo que buscas tu cuando intentas que aprenda. ¿Qué significa esto que acabamos de decir? Pues que no hay aprendizaje sin modelaje ni que existe posibilidad de escapar de la educación ni de la ética. Educar es hablarle a un yo ético individualmente o colegiadamente. No hay educación sin ética. En este aprender que nos encontramos eso que llamamos educación nos hace posicionar frente a lo que deseamos transmitir al otro. ¿Cómo puedo hacer que me entiendan ? En este aprender el otro es un reto para mi y no un obstáculo. Eso significa que este aprender instructivo del que anteriormente hablábamos se convierte no en un hacer ético o educativo en su plenitud sino más bien en un quehacer moral instructivo. Se trata de apuntar para dar el jarabe para la tos . O sea, instrucciones que sean comprensibles para que ese otro no me sea un obstáculo frente a mi capacidad de mostrar mis habilidades. Sin embargo ese aprender de contenidos para llenar el contenedor de saber ofrece categorías morales para memorizar pasos, nombres, etc sin que el aprendizaje sea más que un yo posicionado frente a un tu. El aprendizaje entendido como educación del propio profesor y de los alumnos compromete y por tanto se convierte en algo ético y no moral.
Bien intentaré ejemplificar lo que pretendo decir con algunas situaciones que se presentaron en mi centro educativo estos días anteriores. El centro situado en un barrio periférico de la ciudad tiene un índice de fracaso escolar de aproximadamente un 40 %. Frente a esta realidad año tras año el equipo de profesores viene proponiendo medidas de gestión del aula, de cohesión del profesorado, de infraestructuras, de adaptación de la diversidad de inmigración y del analfabetismo cultural a medidas de mejora para alcanzar menos índice de abandono y fracaso. Pero eso no resulta suficiente y la realidad se impone desanimando al profesorado en general y creando la sensación de "lugar no deseado para ser la plaza definitiva de un profesor de secundaria que se precie y tenga valúa". ¿Como aprender de eso ? ¿Cómo salir de este callejón sin aparente salida ? El clima de centro ha ido deteriorándose en los últimos años creándose ese muro "invisible" entre dirección y profesorado. Lo que viene de dirección se interpreta como instrucciones, como normas impuestas que no atienden a ningún sentido concreto. Frente a este análisis el diagnóstico se pone encima de la mesa del consejo de sabios , la comisión pedagógica del centro. Se analizan las razones , se analizan los problemas para buscar recetas , para poner más instrucciones. Alguien con buen criterio señala que hemos de educar para que sean buenos ciudadanos. Y alguien añade ¿Qué significa ser un buen ciudadano hoy en día ?
Detengámonos por un instante en esta última pregunta . Para dar respuesta a esta pretendo trazar unos caminos que nos puedan iluminar la respuesta que buscamos. Un profesor en su acción semanal con el grupo presenta las notas de los trabajos de investigación (recerca) y se produce una situación por parte del alumnado de irritación e indignación por los resultados. Esto se traduce con palabrotas, insultos, golpes encima la mesa, ... a continuación la dirección del centro sin saber nada de la respuesta anterior del grupo realiza un discurso motivador y alentador para los últimos días del trimestre. El alumnado se queja mayoritariamente de puntuación baja (sólo un siete ) o bien de no merecer suspender . Posteriormente un profesor en los días posteriores realiza un comentario público frente a los alumnos poniendo en cuestión algunos trabajos de investigación que han obtenido la máxima excelencia.
Ambos caminos parece que nos llevan a la idea que da título a mi entrada en este post : virtudes públicas y vicios privados o vicios públicos y virtudes privadas ? A eso me refiero con la idea del aprendizaje que antes hablábamos . Educar no consiste en dar ordenes para que obedezcan fielmente a consignas o ha resolver exámenes si quien lo hace no ejemplifica eso que convierte al maestro en un instructor de conocimientos y lo asemeja a un simple operario de funciones docentes. Aprender requiere un cierto compromiso con uno mismo y con los demás , y eso requiere ética. O mejor dicho cierto tipo de ética y no una moral de virtudes que instruyan y ofrezcan reglamentos para como debe un ciudadano comportarse.
Por eso pienso que los modelos que ofrecen los medios de comunicación actualmente así como los referentes sociales públicos de políticos, intelectuales, artistas,.... responsabilizan siempre a un otro ( invisible) culpándolo de todos los malos habidos en la faz de la tierra. El otro se le responsabiliza para dejar de sentirse uno mismo desnudo frente a lo que nos deberíamos exigir. Así el aprendizaje social se ofrece como una crítica frente a todo y contra todo. El adolescente se siente estafado por un sistema que le ofrece comentarios como el de un alumno en el trabajo de lectura diciendo "el profesorado en una inmensa mayoría viene a cobrar un sueldo y no se preocupa más que de esto" o bien " yo voy a una academia donde saco notables y en clase el profesor sólo sabe suspenderme " .... El adolescente se convierte así en un ser tiránico y déspota que menosprecia todo lo que se le ofrece y se crece como un auténtico experto en el arte de convencer con la palabra con amenazas y con todo tipo de argucias de ser aprobado porque si no ira el próximo año a hacer un ciclo formativo. Esa estética de la existencia nos enseña y nos educa cada vez más en una sociedad asocial, llena de una competencia desleal y una incoherencia hacía lo que debemos enseñar o educar porque en el fondo sólo sabemos instruir y nada más . ¿Qué más nos queda ?
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