Buscar este blog

jueves, 22 de marzo de 2018

GÜNTER GRASS . ESCRIBIR DESPUÉS DE AUSCHWITZ




Los silencios han destapado el valor de la dignidad humana. No hay palabras frente a la montaña de cabellos humanos que se presentan como el tejido de tela que cubrirá las camas o vestirá los cuerpos . Nadie se atreve a mirar a los ojos de los demás presentes. Un llanto sincopado se escucha a lo lejos . Las lágrimas deslizándose por las mejillas despiertan gestos amables de compañeras. 
El relato que se explica ofrece una mirada próxima hacia la autenticidad de los hechos . Lo narrado es ahora algo más propio y personal. Nada más lejos de esos filmes de estilo holywood que ofrecen una tragedia en tecnicolor. Aquí en Auschwitz no hay color pues a la impresión que se respira con una palabra , una emoción y una ubicación en el cuerpo nos indican : el gris - el iris del ojo humano - incomprensible . 
Sin embargo al llegar en el bloc 15 las imágenes de los rostros de miles de deportados y deportadas con nombres y apellidos , con fecha de entrada y de su final someten a todo el grupo. Nada más terrible como esas personas con rostros inexpresivos contemplados desde el horror y la barbarie relatada por la guía . Las miles de personas que parecen ser observadas por nosotros en un instante se convierten en motivo para pensar como eso pudo ocurrir de esta manera. En muchos rincones veo trazos de las huellas de la historia de hombres , mujeres que estuvieron allí .. y más allá veo los visitantes que cada año -más de 2.0000.000  - recorren los espacios , alargan sus manos a las alambradas, observan con sus miradas esos campos vacíos del horror y la miseria humana. Nada resulta más sobrecogedor que pensar que antes fue una industria para la muerte, para matar, para fomentar el odio y la irracionalidad. 
Los 31 adolescentes dirigidos por dos guías polacas explican en cada espacio de los blocs, del museo o del campo de Birkenau la memoria . 



Gunter Grass escribe que "la bandera es más que la muerte" como chico de 17 años que busca vivir en un Tercer Reich . ¿Puede un alemán participar en Auschwitz ?  Nunca dice Grass frente a un montón de cabellos, zapatos, prótesis, enseres como cucharas, gafas, tazas, ... Y en Nuremberg se destruyo por fin esa idea que eximia de culpa y responsabilidad posible. No es una idea abstracta que se pretende entender como campo de exterminio con sus crematorios , sus salas oscuras, sus salas de aislamiento, ..  Auschwitz jamás se podrá entender .






No es posible compararlo a nada presente, a nada pasado .Levi habló en alguna entrevista de lo que significa la verdad y la mentira para entender que la historia incluso frente a las evidencias puede negar los hechos , puede interpretarlos como si fueran el producto de una voluntad perversa que promueve la mentira. "Si nos asalta la duda tan a menudo , frente a una página, de que las cosas que se han escrito  debían o no haberse escrito, y podían o no haberse escrito  de un modo distinto, aquí no hay lugar para la duda" escrito en el prefacio de Itsjok Katznelson (El canto del pueblo judío asesinado ) .  nos empuja a meditar sobre Auschwitz y a adquirir un compromiso ético, político, intelectual contra la mentira .






Cuando todo está perdido nos podemos también perder nosotros mismos. Una experiencia como la enfermedad y el dolor en una fría sala de hospital nos lleva a pensar sobre ese cuerpo deteriorado , aquejado , lleno de nafras, de pústulas, de señales que delatan una situación de deterioro humano absoluto. Las letrinas de muchos hospitales se convierten así en olores humanos que nos recuerdan un fenómeno tan humano como inhumano cuando se convierte en una situación de pérdida de nosotros mismos. En el campo de Auschwitz había un único minuto para que cada prisionero utilizase de forma conjunta las letrinas construidas como agujeros y limpiadas por los mismos prisioneros . La imagen que se representa es la de esa incapacidad por situarse uno en lo que nos hace humanos .
La pérdida de la condición humana confiere el poder de la derrota y del menosprecio a lo que somos , lo que nos sostiene, lo que nos da significado. Ir a Auschwitz es vivir cada visitante a su modo y manera la experiencia de repensar el horror y la barbarie. El lager se universaliza en esa experiencia compartida de grupos de distintas nacionalidades que visitan el mismo. A las 8 de la mañana el campo parece lleno de almas fantasmas que lo recorren , de espíritus anteriores que conducen los pasos de los visitantes, el frío del mes de marzo indica esas condiciones privilegiadas de quienes hoy con abrigos y botas pasean por el barro, las piedras y cruzan las vías de tren.

¿Se puede aprender sobre Auschwitz ? Los posibles relatos sobre el tema permiten identificar esa idea de lección para repensar los hechos.  El superviviente se puede sentir culpable , el visitante puede sentirse un voyeur turístico que se pasea por los souvenirs de la historia .. sin embargo la actitud frente a la exposición rápidamente se acaba convirtiendo en una mirada introspectiva necesariamente para cambiar la culpa por la responsabilidad. ¿Acaso no somos responsables de la historia y de las generaciones que vendrán ?




Los hornos crematorios al final de las vías de tren de Birkenau son esa prueba indiscutible que el horror existe y que la humanidad puede querer ignorar el ser humano si lo desea. Sin embargo las guías que una vez y otra repiten y pasean por el campo explican todavía que los documentos, las pruebas no son todavía constataciones suficientes para algunos . La experiencia permite hacer una lectura de lo que se observa sin embargo no hay la misma interpretación para todas las personas para dar que pensar, para dar un significado en palabras de lo que se vivió, lo que se vive, lo que se requiere no olvidar .




No hay comentarios:

PUBLICIDAD GRATUITA