La responsabilidad de lo que decimos no es nuestra, decía Garcia Calvo . Hablamos y no es que la consciencia no pueda asumir que lo que dice está en el punto de partida de su voluntad sino que aunque asumamos que lo que decimos y lo que hacemos tiene cierto punto de apoyo en el yo psicológico en realidad la verdadera enunciación está en el inconsciente . O sea , no somos nosotros quienes hablamos sino es sobre eso que se habla, por eso insultamos, decimos tonterías, malentendidos, barbaridades. La enunciación recae en el inconsciente y eso supone una demanda que se puede sostener independientemente de la voluntad .
Lacan dispara enseñando la dificultad y la violencia en relación con los ideales que nos decimos a nosotros mismos y en relación con los demás. Decir la verdad tiene un precio y más si resulta ser sobre nosotros mismos. Y eso tiene que ver con la pasión , esa la vinculación con Foucault . Lacan habla de un tipo de experiencia de pensar para definir algo en relación consigo mismo. En este sentido el libro de Luis Roca Jusmet " Ejercicios espirituales para materialistas." El diálogo (im) posible entre Hadot y Foucault puede entenderse precisamente como ejercicio y experiencia del pensamiento inconclusas.
Esa adquisición del logos verdadero para la vida o la existencia de una misma convierte la tarea en una revolución entendida como permanente malestar con nuestro yo. ¿Qué debo hacer ? ¿Cómo debo actuar o como puedo actuar ? La ética y el pathos según Freud deben estar unidas para que no se caiga en la abstracción de los ideales y valores.
La experiencia de dar clase de cultura y valores realmente confirma esta sospecha , la separación entre eso que se explica como valores o ideales y eso que practicamos , hacemos y vivimos . La brecha entre nuestro hacer y decir , entre nuesta vida teórica y nuestra vida práctica. De ahí que sea importante alcanzar una patologia de los actos , un eros , un deseo de ser actores y testimonios presentes de nuestras acciones.
La pérdida del sujeto en su inconsciente , desenfoca el yo y así introduce el problema del eros , o sea, como hablar de nuestra vida con la verdad . Una erótica de la existencia . Se trata de desenmascarar la relación que tenemos como sujetos con la verdad, o con ese deseo de verdad. Precisamente ese vínculo erótico , de no dependencia o libertad resulta posible cuando existe la ética y no la moral o la cultura de los valores. La ética precisamente se sucede en este espacio de relacion de libertad, de no deberes o obligaciones . No se trata de ningún bien universalizable ni autodominio sobre nosotras mismas.
¿Acaso no pensamos con nuestros cuerpos ?
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