No dejo de asombrarme cuando noticias como las que estos dias han llenado la prensa, la radio, la televisión o internet denuncian agresiones racistas y segregacionistas acentuando aquello que debe fijar la mirada los espectadores, los lectores, los radioyentes, los internautas. Los medios de comunicación nos dirigen hacía aquellas ideas, aquellos valores, aquellos intereses, aquellas conductas, aquellas actitudes que debemos tener y debemos defender. ¿Estan para esto?
Es cierto que quien ha padecido la violencia en sus propias carnes le resulta muy difícil entender que cualquier respuesta por juiciosa que sea le pueda satisfacer personalmente. Un amigo el otro día explicaba que una vez realizando un trayecto en tren se encontró con una situación muy difícil de resolver. En el vagon de tren que iban un par de jovenes iban metiéndose con todos los del vagón insultándo a los viajeros con total impunidad. En una parada posterior se subió una persona que en estado ebrio empezó por increpar y perseguir un adolescente con apariencia "delicada" que había en el vagón. El adolescente empezó por huir del borracho que seguia insistiendo una y otra vez. Al fin se sentó frente a mi amigo y esté le indicó que se sentará -después de ver como se encontraba atemorizado y angustiado- a su lado. El hombre aquel empezó a intercambiar palabras con los jovenes gamberros que alardeaban de un anarquismo : que rompe sillas, escupe en el suelo, tira papeles al suelo, y mea donde le viene en gana. La situación tal como explicaba mi amigo resultó tensa incluso hubo un cruze de miradas entre quienes habían sembrado en aquel tren un estado de temor y miedo grande. No parecía que mi amigo exagerase en ningún momento. Seguidamente mi amigo me preguntó : ¿Tu qué hubieras hecho? ¿ Como actuarias?
Este caso y otros muchos viene a cuento de lo que estos días hemos visto, hablado, analizado a propósito de las agresiones a una chica adolescente en un metro de Barcelona por parte de un joven. Como profesor de la materia de "educación para la ciudadanía" pensé analizar este caso en el aula con adolescentes de 14 años de diversos orígenes : españoles, catalanes, marroquies, senegaleses, ecuatorianos, rumanos, xinos, gambianos, guineanos. Pense en dar respuesta a la pregunta de mi amigo.
Es evidente que la justícia en estos casos y en otros muchos no garantiza una respuesta racional, objetiva, neutral que pueda ser válida. Luego reflexione sobre el papel que los medios de comunicación habían jugado en este caso. Tal como sostuvo SOS RACISME no resulta un caso aislado sino aparece y se presenta de manera pública y se le da difusión como un fenómeno social que existe y no debemos esconder. Sin embargo uno se pregunta en todo el proceso de difusión , propagación, análisis, evolución e historia de la noticia : ¿ Existe una ética periodística y cual debe ser el papel de los medios de comunicación en este tipo de situaciones ? . La prensa que de manera más cruda, fria, sensacionalista ha tratado la notícia la leen la mayoria de viajeros del metro y autobuses de barcelona y cercanías: "20 minutos, Qué?, Metro, ADN, ...
Las televisiones por otro lado sin ningún escrúpulo lanzan las imágenes previamente colgadas en internet en el YOUTOUBE donde aparece la escena y a cara destapada se ofrecen las imágenes de quien agrede, quien observa, quien es agredido.¿Y el derecho a la intimidad de quien observa pasivamente o no , de quien es agredido, de quien es agresor? ¿ O es qué aquí ya no valen los derechos ? Posteriormente los telediarios de varias cadenas se llenan de notícias donde se muestra el supuesto agresor haciendo la vida de cada día. Sin embargo se propagan rumores sobre supuestas entrevistas donde se exigen cobrar cantidades elevadas para sacar más información por amigos del supuesto agresor, etc Interviene posteriormente una representante diplomática del país de la agredida que se persona en nuestro país para tomar cartas en el asunto. ¿ realmente el caso requiere por encima de otras muchas cuestiones más importantes entre ambos paises una intervención diplomática? Las declaraciones del propio agresor sorprenden cuando en uno de los titulares se señala "IBA BORRACHO Y PUNTO".
Cuando los analizabamos en clase se intentó que viesen que significaba este final de titular y si les resultaba violento o no. ¿ qué puede interpretarse con este "y punto" ? ¿En qué tono se utilizó esta expresión y frente a quien ?
A continuación en el debate los telediarios y las tertulias radiofónicas se llenan de exigencias o contraexigencias sobre la severidad de la pena que debe caerle desde la justicia. Se lleva el debate entonces hacía la ley y sus consecuencias. Al final entre las declaraciones del abogado del agresor que sostiene en primer lugar " que no recuerda nada puesto iba borracho" su cliente , se añade a medida que el caso se va desarrollando "que también iba drogado". Se añaden las declaraciones del psiquiatra infantil del supuesto agresor que analiza "freudianamente" que "de pequeño era un niño que se autoagredía y que puede que cuando pegó a la jovencita se estuviese agrediendo a si mismo". ¿Puede la psiquiatría hacer patologia absolutamente de todo ?
Evidentemente mis alumnos y alumnas por muy buenos analistas que sean o muy buenos ciudadanos o ciudadanas como pretenden ser no logran entender nada de nada. Se les presentan otras notícias como la del joven que interviene para resolver una pelea y se golpea en la cabeza y pierde la vida. Lo último que se añade al caso este dispara la alarma puesto que el supuesto agresor está recibiendo graves amenazas a su persona de personas anónimas que le lanzan mensajes violentos y el juez entiende que se vea obligado a cambiar su domicilio actual. ¿Dar una noticia como esta en el fondo a quien acaba justificando al agresor que ahora es victima o a quienes toman la justicia por su mano?
Si retornamos a la pregunta que me lanzó mi amigo uno se pregunta si como mucha gente cree .la mejor respuesta sea el "ojo por ojo, diente por diente". Si la ley no garantiza el orden y crea desánimo y apatia a la ciudadanía parece justificado que se exiga más contundencia y más mano dura. Pena de muerte, tortura, vejación, para quien no tiene escrúpulos con las víctimas y la ciudadanía más débil y frágil. Pero para mi continua existiendo el mismo problema y la misma pregunta. ¿El miedo y esta seguridad del temor a la pena capital paraliza al delincuente, al asesino, al ladrón ? La democracia no pienso que se encuentre en un periodo de crisis como algunos quieren hacernos creer. No hay más delincuencia ahora que antes, no hay más descontrol. A la pregunta de mi amigo está claro que el me decía no valen las palabras para según quien, no vale una ley tolerante que protege al menor que ha atracado 80 veces una farmacia a punta de cuchillo, no vale un conductor borracho que se lleva la vida de el hijo de mi vecino y unicamente le quitan el carnet durante 3 años. Pero sigo insistiendo que para mí la fuerza de una democracia no sólo radica en la ley. Normativizamos demasiado todo y estamos intentando poner límites a los espacios que habitamos las personas, a las cosas ,cuando quizás lo que nos esté ocurriendo es que nos estamos asfixiando. La democracia somos todos. Pienso que debemos redefinir el concepto de tolerancia y pienso que debemos entender que la ley es un instrumento más para nuestra manera de conducirnos o gobernarnos entre nosotros pero existen y deben existir otros mecanismos donde dialogar, consensuar, responsabilizarnos, crear un auténtico capital social. Para mi el problema de los casos que he citado y que mi amigo vivió en primera persona es que si se analizan individualmente se nos presentan como una cuestión privada, como si fuese la actuación de mi amigo con un borracho y se olvida que son acontecimientos sociales , humanos, plurales, colectivos. He aquí la fuerza de una democracia su poder de ciudadanía , su poder de sociedad , su poder de construcción colectiva. La respuesta a mi amigo seguramente sólo puede ser una : salvar al joven adolescente de cualquier ataque a su persona a pesar que pierda su/mi/nuestra/vuestra vida. Porque no estoy salvando una vida, ni estoy perdiendo la mia sino ganando algo que es de todos, algo que nos pertenece. Si todos y todas actuasemos no individualmente , no como si mis hechos son mios exclusivamente seguramente no nos sentiriamos cobardes frente a nada , frente a nadie, no pensariamos tanto en nosotros sino más en la de todos. Mi amigo añadió poco después que vivimos en una sociedad de listillos, donde el más espabilado se aprovecha de quien divaga, quien actua tranquilamente, sinceramente. Así es como no deberíamos actuar : no viendo cuando pasa algo, prejuzgando, dictaminando, ofreciendo la misma moneda de cambio irracional, intolerante, intransigente, prepotente, ...
Mañana cuando vuelva a clase y mis alumnos y alumnas me preguten por ¿ Qué deben hacer cuando se produzca una situación como esta? No les enseñaré nada ni les daré ninguna lección de virtud, ni de buenas maneras porqué no tengo respuesta para ellos. La ciudadanía no se explica ni se adoctrina, ni se legisla, ni se difunde. Se trata basicamente de aprender de uno mismo, aprender a guardar silencios, aprender a respetar las palabras diferentes, aprender de lo que todavía nos falta por aprender. Y puede que se sientan cercanos o lejanos a de esa adolescente , de ese observador que luego le ayudó, de ese joven que se cree un dios, de ese periodista que promueve la salsa rosa, de ese abogado que se promociona.
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