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viernes, 20 de marzo de 2020

AMANECER




 - Marcha ya , no té entretengas - le anunció aquella mañana .
El sin pensarlo demasiado recogió su mochila y abandono el hogar. Las zapatillas se despidieron con un adiós compañero. Sus libros quedaron quietos e inmóviles sin decir ni pio. La ventana medio abierta ni bostezó. La calle le abrazó como siempre. El silencio de sus pasos descubrió su corazón viejo .
Anduvo largo rato sin rumbo claro. Sus pies le trazaban una ruta absurda. Se paró frente al semáforo y reflexionó un  momento : 
¿Qué hay de mi vida ? 
Alicia le había encontrado distante, poco alegre, inconcluso, flácido..por eso dejó al cabo de un tiempo de sentir deseo por él. Aunque le advirtió dia tras día que podía ocurrir eso , Alejandro nunca la escuchó. Ahora estaba desorientado vagando por caminos de cemento y en calles con nombres de generales que ya no reconocía. ¿De qué le había servido estudiar griego, latín o matemáticas ? 
Era un hombre con incapacidad para amar , para entregarse , para dejar de mirarse a si mismo. 
Se detuvo en el portal de una escalera . Estaba cansado .Llevaba más de 7 horas diambulando por el múndo sin casa ya. Ella seguiá ahora como siempre pensando que no había encontrado el hombre de su vida. Por eso sentía una extraña sensación de paz y desasosiego. No tuvo que decirle nada más que vete . 
Alejandro con apenas 4 prendas y  la cartera no sabía que hacer. Por primera vez en su vida sentía un vacío penetrante en su corazón . Se ahogaba . 
En el parque , frente al portal , unos niños jugaban a pelota. El los miró por un instante. La pelota acabó cayendole frente a sus pies . SIn pensarlo dos veces , les devolvió de un patadón. Ese gesto no fué fortuito , inició un enorme cambio . Alejandro empezó a vivir desde entonces en ese parque y se puso a aprender algo que todavía la vida no le había enseñado . A estar alegre al ver jugar a los niños, a hablar con la gente, a mirar y contemplar los pájaros en la fuente bebiendo , a escuchar las ramas de los árboles , a recordar el nombre de todos y cada uno de los árboles del parque.. Comía de las papeleras donde encontraba comida que la gente desechaba , se abrigaba con cartones que le protegían del viento frio de la noche, se abrigaba con las bolsas de plástico que en los contenedores había encontrado . 
Alejandro así vivió meses  y meses , hasta finalizar el año . Aquel año que le había echado de casa por incapaz de amar , de ser el mismo, de querer a la gente. Pero precisamente eso le dió la oportunidad de empezar a cambiar . Ese día por fin vió el amanecer . 

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