Miré lejos y no ví nada . La noche era muy noche. Oscura como su alma. Nos abrazamos los dos y pudimos sentir por un instante que había conexión permanente. Vibramos . Enmedio de un bosque de naturaleza había sucedido todo aquella tarde , ya noche. Escondidos en la ladera abrazándo nuestras almas tu y yo . La muerte blanca nos visitó ya de madrugada . Las cadenas impedían alejarnos de aquel mónte . Ambos veíamos como la vida nos obligaba entonces a separarnos . Tu casa y mi casa lejanas . Impedidos por el encuentro de un paso vedado, prohibido .
Miré lejos y no vi nada .La carretera solitaria no traía buen preságio de nada. El monte nos recordaba esa tarde la más bonita conexión con las almas. Puras , sensibles, amables, abiertas, luminosas, ...
Y vinieron al cabo de un tiempo. La muerte blanca dejo de existir entonces . Tu volvistes y yo volví .
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